RUSIA ESTÁ EN CAPACIDAD DE AISLAR A LOS BALCANES

30.03.2024 12:03
Ucrania ya casi no tiene munición de artillería, tampoco misiles antiaéreos suficientes y eficaces. Rusia aprovecha, bombardea y avanza. Después del atentado en Moscú, Putin endureció algo su postura contenida. Posiblemente los halcones del Kremlin lo estén presionando. Los edificios que albergan tropas - en especial los que albergan mercenarios; fuerzas especiales; servicios de inteligencia y mandos ucranianos y extranjeros - están siendo pulverizados. Hay versiones fundadas de que un general del ejército polaco habría muerto en territorio ucraniano. La infraestructura eléctrica ya casi no funciona y el país gobernado por Zelensky está virtualmente a oscuras.
 
Buena parte de los misiles y drones rusos son destinados a atacar Odessa. Toda la zona sur de lo que hoy es Ucrania, en algún momento formó parte del Imperio Ruso por los tratados de paz con el Imperio Otomano tras las guerras ruso-turcas que estallaron en 1735, de 1768, de 1787 y de 1806. Si los rusos logran hacerse nuevamente de esas tierras fértiles, se acercarán bastante a tener el 50% de la producción mundial de granos. El insensato esfuerzo estadounidense y en parte europeo por debilitar a Rusia resultó ser inútil. Una de las artífices de ese plan, Victoria Nuland, ya lo pagó con su cargo. Su reemplazo temporal será alguien más focalizado en China. Entre tanto Putin se hizo de aliados o al menos países amigos que extienden su influencia desde Transnistira, pasando por Hungría hasta Serbia. Incluso Eslovaquia tiene una actitud medida en el conflicto. Los Balcanes podrían quedar aislados. El mundo anglosajón y Francia se verán seriamente perjudicados en su influencia. Esa es una de las razones por las que Macron propuso y volvió a proponer en mandar tropas de la OTAN a Ucrania, pero en las últimas ocasiones fue fuertemente criticado por los Estados Unidos, que están dejando sin apoyo a Kiev y francamente Europa ya no tiene mucho con qué ayudar a Zelensky. Ahora Washington centra sus esfuerzos en armar a Benjamin Netanyahu, a pesar de la exigencia de un cese del fuego en la Franja de Gaza emitida por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el pasado lunes. Mientras Netanyahu pone en peligro a su nación y a su pueblo, el negocio armaentístico del Estado Profundo norteamericano continúa, a expensas de la vida de decenas de miles de palestinos de todas las edades, mucho de ellos niños. 
 
Macron posiblemente siga vociferando y clamando ayuda para Kiev, pero en realidad busca tapar sus propios problemas domésticos, inventa una excusa para acrecentar drásticamente el presupuesto de defensa. Francia tiene una industria bélica fuerte. El mandatario francés también busca cierta venganza por sus traspies en África, sus intentos fallidos de afianzar el neocolonialismo galo en ese continente. Despreciar a los rusos y subestimarlos fue un error que ya cometió un compatriota de Macron, Napoleón, que fue drásticamente derrotado en Rusia. Se le hizo una política de tierra arrasada que aniquiló prácticamente a las tropas del general francés. Antes de mediados del siglo XX, ese error se repitió por parte de los alemanes. El resultado fue el mismo. Para detener al ejército ruso en su avance hacia occidente, los estadounidenses tiraron dos bombas atómicas sobre Japón. El problema es que ahora es Rusia quien tiene la supremacía nuclear. Putin, por ahora y con mucho sentido común, no apeló a su arsenal atómico ni táctico ni estratégico. A Europa le conviene buscar la paz. El problema es ver si hallará la humildad de aceptar su derrota.
 
Ucrania ya casi no tiene munición de artillería, tampoco misiles antiaéreos suficientes y eficaces. Rusia aprovecha, bombardea y avanza. Después del atentado en Moscú, Putin endureció algo su postura contenida. Posiblemente los halcones del Kremlin lo estén presionando. Los edificios que albergan tropas - en especial los que albergan mercenarios; fuerzas especiales; servicios de inteligencia y mandos ucranianos y extranjeros - están siendo pulverizados. Hay versiones fundadas de que un general del ejército polaco habría muerto en territorio ucraniano. La infraestructura eléctrica ya casi no funciona y el país gobernado por Zelensky está virtualmente a oscuras.
 
Buena parte de los misiles y drones rusos son destinados a atacar Odessa. Toda la zona sur de lo que hoy es Ucrania, en algún momento formó parte del Imperio Ruso por los tratados de paz con el Imperio Otomano tras las guerras ruso-turcas que estallaron en 1735, en 1768, en 1787 y en 1806. Si los rusos logran hacerse nuevamente de esas tierras fértiles, se acercarán bastante a tener el 50% de la producción mundial de granos. El insensato esfuerzo estadounidense y en parte europeo por debilitar a Rusia resultó ser, en muchos aspectos, contraproducente. Una de las artífices de ese plan, Victoria Nuland, ya lo pagó con su cargo. Su reemplazo temporal será alguien más focalizado en China. Entre tanto Putin se hizo de aliados o al menos países amigos que extienden su influencia desde Transnistria, pasando por Hungría hasta Serbia. Incluso Eslovaquia tiene una actitud medida en el conflicto. Los Balcanes podrían quedar aislados. El mundo anglosajón y Francia se verán seriamente perjudicados en su influencia. Esa es una de las razones por las que Macron propuso y volvió a proponer mandar tropas de la OTAN a Ucrania, pero en las últimas ocasiones fue fuertemente criticado por los Estados Unidos, que están dejando sin apoyo a Kiev y francamente Europa ya no tiene mucho con qué ayudar a Zelensky. Ahora Washington centra sus esfuerzos en armar a Benjamin Netanyahu, a pesar de la exigencia de un cese del fuego en la Franja de Gaza emitida por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el pasado lunes. Mientras Netanyahu pone en peligro a su nación y a su pueblo, el negocio armamentístico del Estado Profundo norteamericano continúa, a expensas de la vida de decenas de miles de palestinos de todas las edades, mucho de ellos niños. 
 
Mapa político de Europa y las zonas limítrofes - Fuente: commons.wikimedia.org/wiki/File:Europe,_administrative_divisions_-_de_-_colored.svg - derivative work: rowanwindwhistler (discusión). El archivo tiene licencia creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.es
 
Macron posiblemente siga vociferando y clamando ayuda para Kiev, pero en realidad busca tapar sus propios problemas domésticos, inventa una excusa para acrecentar drásticamente el presupuesto de defensa. Francia tiene una industria bélica fuerte. El mandatario francés también busca cierta venganza por sus traspies en África, sus intentos fallidos de afianzar el neocolonialismo galo en ese continente. Despreciar a los rusos y subestimarlos fue un error que ya cometió un compatriota de Macron -  Napoleón - que fue drásticamente derrotado en Rusia. Se le hizo una política de tierra arrasada que aniquiló prácticamente a las tropas del general francés. Antes de mediados del siglo XX, ese error se repitió por parte de los alemanes. El resultado fue el mismo. Para detener al ejército ruso en su avance hacia occidente, los estadounidenses tiraron dos bombas atómicas sobre Japón. El problema es que ahora es Rusia quien tiene la supremacía nuclear. Putin, por ahora y con mucho sentido común, no apeló a su arsenal atómico ni táctico ni estratégico. A Europa le conviene buscar la paz. El problema es que a parte de sus gobernantes el Viejo Continente les importa poco y nada.